Juan David Peña González
Programa de Comunicación Social-Periodismo FUP
Desde hace aproximadamente 27 años, el Instituto Niño Jesús de Praga de Popayán viene apostando por un modelo pedagógico asentado sobre la base de la Educación Inclusiva, enfoque desafiante con el sistema educativo y social actual pero con notables resultados en Europa y de igual modo, en la Institución.
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Como toda iniciativa que propenda romper los esquemas e imaginarios de las sociedades, la inclusión educativa, parece reventarle la cabeza hasta los que se tendría por lúcidos y eruditos, e incluso a profesionales de la salud y es que la premisa de este tipo de educación es incluir a TODOS en el aula, diversidad de raza, género, credo, incluso quienes por cuestiones de la vida se encuentran en situación de discapacidad, convirtiéndose esto último en el centro de la discusión.
En sus primeros años las directivas del colegio -en ese entonces, jardín infantil- no imaginaban el rumbo que tomaría su obra que hoy día enuncia como eslogan: «Educamos en la diversidad para superar la desigualdad”.
La Institución
“Yo siempre he dicho que la historia la han escrito los estudiantes, las familias y los docentes, las personas que han hecho parte de la Institución”, asegura Angela Peña Muñoz, directora del colegio; 27 años atrás comenzaba a perfilarse el Instituto Niño Jesús de Praga como un colegio humanista, basado en principios cristianos católicos, valores que exigían de toda la planta docente y administrativa la promoción y respeto de los derechos de cada uno de los niños.
Sin embargo, aunque el proyecto pedagógico era de este tipo, en el año 1991 la fundadora de la Institución no contaba con que llegarían a sus manos cuatro pequeños –hoy profesionales, con vinculación laboral y procesos totalmente normalizados- buscando una opción para su estudio, y de esta manera, motivarían la investigación y futura apertura hacia la inclusión educativa, como ella misma lo señala “llegan cuatro casos: una niña con retardo mental severo, un niño con hipoacusia bilateral asociado a retardo, una niña con hemiparesia cerebral y una niña con transtorno psicomotor asociado a retardo mental, estos chiquitos ingresan al colegio y los papás simplemente expresan que no han aprendido a leer y a escribir, en ninguna parte les han podido enseñar, de todas partes se los entregan, entonces nosotros iniciamos un proceso”.
Si en la actualidad, a pesar de que hay legislación escrita al respecto de la inclusión, no se logra verdaderamente comprender de qué se trata, en la época señalada por la directora del colegio mucho menos. Tampoco en la Institución se conocía cómo incluir niños en situación de discapacidad pero tenían una filosofía institucional basada en el respeto a los derechos y esa fue la guía al enfoque que los sustenta.
Asevera Angela Peña que “La educación en sí lleva implícita el hecho social y como hecho social tiene implícito también el término derechos humanos, en el sentido de que es una cuestión de derechos y cuando se habla de derechos y se evidencia la diversidad entonces el hecho de que la educación sea para todos y todas, sin exclusión, sin discriminación, toma fuerza, no es si quiere, si puede, si le gusta, si no le gusta, sino que es cuestión de derechos y no se puede pasar por encima de eso”
La Educación Inclusiva
El enfoque de educación inclusiva se yergue sobre el principio de respeto a las particularidades de cada persona y tiene como objetivo dar una respuesta acorde a sus necesidades.
El Instituto Niño Jesús de Praga, con un modelo humanista desde sus inicios y sustentado en la pedagogía crítica, fundamentada en la diversidad, se va dirigiendo a la definición de su enfoque. Señala la directora del colegio “¿quién va escribiendo todo eso y por qué tenemos que ir buscando sustento teórico? Porque simplemente aceptamos o reconocemos el valor del ser humano por encima de la norma y después nos acogemos a las normas que se han creado”.
La principal lucha
Una de los principales obstáculos que ha tenido que enfrentar la familia praguense, como se autodenominan, es la Ignorancia, la estructura de la sociedad difícilmente acepta o comprende la idea de inclusión, las condiciones de inequidad e injusticia social persistentes y la premisa de la diversidad.
La sociedad misma está concebida a partir de la división: la estratificación, el estatus, el dinero, la forma de vestir, entre otras cosas, realidades que no dan lugar a una aceptación del otro y facilitan su invisibilización y la indiferencia.
El respeto por la persona es mínimo, situación que se evidencia en el uso de un lenguaje discriminatorio, estigmatizante y excluyente, que da cuenta de la no existencia de una cultura de la diversidad; expresiones como: enfermitos, mongólicos, anormales, discapacitados, minusválidos, palabras encontradas, incluso, en boca de autoridades del área de la educación.
Una de las mayores dificultades se ha encontrado en la necesidad de separar el lenguaje clínico del lenguaje pedagógico, dado que el lenguaje clínico es muy fuerte y radical y desde el punto de vista pedagógico no se debe utilizar las mismas palabras, términos que con facilidad adoptan los padres de familia a partir de su contacto con los especialistas. Lo anterior deja abierta una interrogante: ¿Cómo implementar un lenguaje y una cultura de la diversidad?
Caso de éxito
Es necesario mencionar, en primera medida, que en las 20 promociones y entre ellas, un centenar de profesionales en situación de discapacidad -cognitiva en su mayoría- se cuenta con muchos casos de éxito, se seleccionó uno para el presente artículo.
En el 2007 llega a la institución un pequeño -con un caso de autismo-, después de recorrer toda Colombia con la mamá ningún colegio había podido trabajar con él, estuvo en Bucaramanga, Bogotá, Medellín, Cali y otras ciudades y finalmente habían optado por un estudio virtual.
El mayor problema de alguien en situación de autismo radica en sus interacciones sociales, si no hay asociados problemas cognitivos como retardo mental suelen ser muy inteligentes, incluso, algunos tienen memoria fotográfica, logran asumir gran cantidad de conceptos en menor tiempo.
El caso de este estudiante era autismo, tenía asociado un retardo leve, y la gran fortaleza de este proceso fue la participación cercana de la mamá y toda la información que ella había recogido a partir del caso de su hijo. Un ‘caso exitoso’ depende en gran medida de la colaboración y participación de la familia en el desarrollo del proceso, además del trabajo con el equipo interdisciplinario.
El pequeño avanzó hasta el grado séptimo, pasó a octavo y se vio la necesidad de promoverlo a décimo por la velocidad en su aprendizaje; sentirse bien en el colegio, sentirse acogido, el poder empezar a tener amigos fueron situaciones que impulsaron su proceso. Una de las grandes herramientas con él fue el piano, cuenta la directora “me senté a tocar piano un día, y él se sentó al lado y empezó a escribir la partitura de lo que yo estaba tocando, era una obra clásica y cuando yo finalicé me dijo que si podía tocar, le pregunté ¿tú sabes? y me dijo no pero yo quiero tocar lo que tú estabas tocando y se sentó y empezó a tocar”.
Su promoción al grado décimo ocasionó una de las crisis a manejar porque él no entendía la razón de saltarse noveno, sin embargo salió adelante, pasando también al grado once. Cuenta Angela “las grandes satisfacciones que nos dio fueron haber sacado el primer puesto en las pruebas de Estado en el Departamento del Cauca y haber sacado el puesto 128 a nivel nacional”.
A partir de las experiencias vividas en el colegio y la forma en que fue acompañado, finalmente se consiguió que fuera un niño feliz, cumpliendo el principal propósito que se tenía con él. Actualmente está estudiando ingeniería electrónica en noveno semestre, y además, toca piano.
Click Coaching
El proyecto Click Coaching, señala Daniela Manrique, psicóloga y fundadora del Programa, que nació hace un par de años “a partir de la necesidad de una atención especializada, que asume el reto de explorar nuevas formas de intervención y entrenamiento neuropsicopedagógico, terminando definitivamente con la frivolidad de la evaluación en un consultorio, detrás de un escritorio, con el niño solo frente a un terapeuta, sintiéndose observado y evaluado, recayendo frecuentemente sobre lo que no hace o hace mal, es decir, sobre sus carencias o dificultades”.
En el Programa la motivación y gestión de emociones es vital. Las actividades debidamente planificadas se desarrollan en espacios y ambientes cotidianos de inclusión y participación plena, en sana convivencia con sus pares, que de igual manera estimulan y apoyan el proceso.
Son apartes del sustento teórico de Click Coaching “el niño o joven no es paciente, es persona, no es enfermo, está en proceso de aprendizaje, el problema no es el niño, es el contexto, sobre lo cual se trabaja en el campo de la eliminación de barreras para el aprendizaje y equiparación de oportunidades, recuperando autoestima y autonomía y un mejor desenvolvimiento como individuo capaz de generar espacios, cálidos, respetuosos y amigables, sin represiones, castigos, menor intervención del adulto tutor y mentor, a través de la pedagogía del elogio y la motivación al logro”.
Uno de los servicios que más llaman la atención es lo referente a la asistencia canina de lo cual asevera Andrés Rodríguez, también director del programa, que “es una modalidad de tratamiento psicoterapéutico, que vincula perros escogidos a partir de criterios especiales, dirigidos en su totalidad por un profesional, buscando impulsar mejoras en las diferentes áreas del desarrollo humano: social, física, mental, emocional y cognitiva”.
Comenta, también, Daniela Manrique “los testimonios de los estudiantes y familias, docentes e institución nos motivan a continuar e implementar nuevos subprogramas que se presentaran en mayo con ocasión del segundo aniversario del programa. (Estamos) Felices y orgullosos, del único programa de entrenamiento neuropsicopedagógico en Colombia, pionero en exploración de nuevas formas de intervención para promover procesos de escolarización exitosos”.
El evento más próximo
Como parte de los procesos liderados en el Instituto Niño Jesús de Praga, la generación de ambientes y espacios inclusivos en el contexto escolar, familiar y laboral, se ha organizado una jornada de sensibilización hacia las personas con Síndrome de Down, el Seminario Síndrome de Down e Inclusión Educativa.
El evento tendrá lugar el 25 de marzo entre las 8:00 a.m. y las 2:00 p.m. y contará con la teleconferencia de Alicia Llanas, mexicana residente en los Estados Unidos, pedagoga y madre de dos niños con Síndrome de Down, conferencista y líder de procesos de inclusión a nivel mundial.
Esta jornada se enmarca en el mes del Síndrome de Down, del cual se habla a nivel mundial, así mismo por el día internacional del SD, el 21 de marzo, fecha establecida a partir de la explicación de este Síndrome: trastorno genético causado por la presencia de una copia extra del cromosoma 21. También conocido como «trisomía 21». En marzo por ser el tercer mes del año (tri).
Los interesados en obtener mayor información pueden ingresar al sitio web de la Institución: www.institutonjp.com y registrarse en la parte de abajo o escribir al correo electrónico [email protected]